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No nos podremos imaginar las maravillas que existen en la profundidad del mar. Escondido en aguas oscuras, el tiburón de nariz chata es un depredador misterioso que asusta con su tamaño gigantesco: ocho metros de largo y una mandíbula estrecha con grandes dientes. Es reconocible por su aleta, que está mucho más atrás que en otros tiburones que conocemos.
Investigadores estadounidenses lograron conectar un rastreador GPS a un tiburón de seis branquias. Para poder realizar este trabajo con la suficiente paciencia y precisión, visitaron al depredador en su hábitat natural.
En lo profundo del océano
El animal nada a casi 2.500 metros y la mayor parte del tiempo, por lo que es muy difícil para los investigadores observar al depredador. Algo que incrementa la dificultad es que tampoco llega la luz a estas profundidades.
La oscuridad no es un problema para este tiburón. Para cazar a sus presas o comer cadáveres que han caído al fondo del mar, el tiburón nariz chata tiene dos grandes ojos verdes que le permiten ver en la oscuridad.
Longevidad
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Este tiburón de nariz chata tiene una esperanza de vida de hasta 80 años, bastante longevo en realidad. Sin duda alguna, es una edad que impresiona al tratarse de semejante criatura. No obstante, los investigadores saben muy poco sobre la vida de esta bestia gigante. Y es que su descendencia es sorprendentemente cercana a la de los primeros ancestros de los tiburones, que existieron en el planeta hace 200 millones de años.
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